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Gran Logia de Chile homenajea al Instituto Nacional con una Tenida Blanca

La ceremonia se llevó a efecto en el Gran Templo de la Institución consagrado a los altos principios de la Francmasonería Universal

 

Una solemne invitación a ponerse de pie, a los asistentes, que coparon el Gran Templo fue el punto de partida para la celebración del Duocentésimo Décimo aniversario de la fundación del Instituto Nacional. Hicieron su ingreso el Gran Maestro Sebastián Jans P. junto al Soberano Gran Comendador Carlos Soto Concha, quienes condujeron a la rectora del Instituto Nacional, profesora Carolina Vega y al ex Presidente de la República Ricardo Lagos Escobar a los sitiales asignados.



El Gran Maestro dio inicio a la ceremonia dando una fraternal bienvenida y acogida a todos los alumnos y las alumnas, ex alumnos, directivos y profesores del Instituto Nacional, familia institutana, así como a la senadora Fabiola Campillai, al que fuera ministro Osvaldo Puccio, al miembro de la Comisión de Expertos para la redacción de la nueva constitución Flavio Quezada entre otras figuras públicas. 

En sus palabras iniciales, el Gran Maestro dijo que el Instituto Nacional fue la primera obra educacional de la naciente república chilena, en un momento de grandes tensiones, pero representando siempre el impulso emancipador, que Camilo Henríquez impulsara a través de la Aurora de Chile, en sus «Bases para la creación del Instituto Nacional de Chile», en donde describió con lujo de detalles un proyecto con las cátedras, horarios y distintos pormenores para el funcionamiento del nuevo establecimiento.


 

“El conmemorar un año más de la fundación del Instituto Nacional en este Gran Templo de la Gran Logia de Chile, representa para nuestra Orden la confluencia de dos instituciones arraigadas en las raíces profundas de nuestra Patria, inscritas genéticamente en la República y perennes baluartes activos de los valores de la libertad, igualdad y progreso de nuestra Nación.

Las coincidencias entre ambas se conjugan también en cientos de biografías de miembros de nuestra Orden que pasaron por las aulas del Instituto Nacional, que no sólo estudiaron silentes y concentrados bajo las techumbres de la educación pública más profunda, sino que llevaron la luz del conocimiento y el saber a distintos quehaceres de nuestra realidad nacional. 

Sin embargo, el conmemorar la fundación del Instituto Nacional no se agota en su pasado pleno de biografías de grandes personajes de la República, de sus instituciones, de su cultura; no se agota en los 18 presidentes de la República que cursaron o impartieron cursos en este establecimiento educacional; sino que también nos lleva por los pasillos más profundos de las diversas pulsaciones del desarrollo de nuestra joven República, dado que, podemos afirmar que ambas fueron recíprocamente reflejas una de la otra. 


Así podría afirmarse que, tanto el Instituto Nacional como nuestra República, circularon desde su origen en los distintos ámbitos de debates y liderazgos que contiene la historia patria, no sólo de naturaleza política sino también cultural. 

Desde esta perspectiva el mismo Instituto Nacional, aún en la actualidad, es una síntesis de las contradicciones que hemos vivido como Patria, donde los esfuerzos uniformadores propios del republicanismo más puro, se topa con las energías de sus miembros que pujan por nuevas miradas, nuevas estéticas y futuros inexplorados”, expresó el Gran Maestro


A continuación, se procedió a la entrega de un libro que contiene parte relevante de la historia del establecimiento. La rectora se hizo depositaria de un ejemplar, como aporte a un aniversario memorable. El ex alumno y destacado abogado Darío Calderón, junto al presidente del Centro de Estudiantes Vicente Webster hicieron entrega del regalo.



La rectora Carolina Vega, al agradecer dijo que había reflexionado mucho en qué decir en esta oportunidad al constatar cómo dos instituciones se habían afianzado en una relación de larga duración, refiriéndose a la Gran Logia y el Instituto Nacional y lo hacía desde el lugar de una mujer que está aprendiendo a conocer. Partió hablando de lo simbólico de la ubicación en Arturo Prat, detrás de la Universidad de Chile, establecimiento que recibe a la mayoría de los alumnos y alumnas. “Hoy tenemos 3400 estudiantes, de los cuales 601 son mujeres. Trabajan 7 horas diarias, con más de 35 academias, 52 salas de clases de las cuales 32 están en proceso de remodelación, gimnasio, biblioteca, un estadio en otra comuna y un refugio en El Tabo. Dicho quiénes somos, llegué a nuestro archivo histórico donde encontré los patriotas americanos y chilenos qué a pesar de sus diferencias, tuvieron sus puntos de encuentro… Estamos pasando por momentos complejos y es lo que debemos enfrentar”, dijo la rectora.


Después de las presentaciones musicales del Hermano Eduardo Salgado, jefe de la Columna de la Armonía de la Gran Logia, Edith Cohen, soprana, interpretó, acapella, el Himno del establecimiento, que fue coreado por toda la audiencia.

La ceremonia se cerró con el Himno Masónico y la despedida solemne a cada una de las autoridades presentes. Varios alumnos y alumnas a la salida dijeron haberse sentido emocionados por el sentido profundo de lo que representaba su establecimiento y el ser parte de esta ceremonia así lo había dejado en claro.


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